Este capítulo es interesante por el gusto que Zezé muestra en este episodio. Al inicio, Zezé sigue haciendo sus bromas de mal gusto, que traen consigo consecuencias. Esto deja ver que no lo hace con mala intención, sino simplemente para divertirse, sin pensar en cómo afecta a los demás.
Los castigos y los insultos siguen siendo parte de su día a día, pero aparece un señor que vende todos los martes y que lo ve como un buen chico. Sin embargo, Zezé asegura que no es así, que ese hombre no lo conoce realmente.
Es muy interesante cómo se desarrolla esta parte de la historia, ya que todo sucede de forma inesperada, a partir del gusto que este señor siente por el canto de Zezé. A partir de ahí, se forma una conexión entre ellos, y se convierten en un equipo interesante.
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