Este capítulo nos confronta con la profunda vulnerabilidad de la infancia, donde los sueños más inocentes pueden romperse con la violencia más injusta. Zezé, en su deseo por crear su primer globo, representa la esperanza, la imaginación y el anhelo de reconocimiento en un entorno marcado por la dureza y la falta de comprensión. Las palizas que recibe no solo hieren su cuerpo, sino también su alma, dejando cicatrices invisibles que lo obligan a crecer antes de tiempo. La historia nos invita a reflexionar sobre el poder que tienen los adultos para construir o destruir el mundo emocional de un niño, y sobre la necesidad urgente de ternura, empatía y respeto hacia la niñez, que no solo necesita cuidado físico, sino también amor y validación.
En estes blog comparto un resumen y mi análisis personal de los capítulos del libro Mi Planta Naranja Lima de José Mauro de Vasconcelos
viernes, 13 de junio de 2025
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Capitulo 9
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